El diagnostico de depresión me
dejo muy desconcertada, no quise contar a mi entorno, preferí la palabra
estrés, requiere mucho menos explicaciones y miradas raras. Además muy
convencida no estaba, de eso de la depresión me miro al espejo y no veo alguien
deprimida, veo una persona que sonrie, la gente no me anda preguntando que me pasa.
De las pocas amigas que le
comente recibí comentarios como que no tomara tantas tonteras (por los medicamentos)
que me estaba envenenando y que con una buena terapia se me pasaba, por mi parte sin los medicamentos (recetados
por la doctora) simplemente no me podía levantar.
Otras me decían que pensara
positivo, Y YO PENSABA POSITIVO, pero mi cuerpo se negaba a escuchar y cuando
le daba por llorar o no querer moverse no podía hacer nada. Otras que a todo el mundo le pasa, que ya se me pasaria.
El sentimiento de apatía
aumentaba, de sentirme inútil, de querer desaparecer, solo esfumarme en el
aire.
Las cosas que me gustaban ya no
me motivaban, llegue a niveles de rechazar ir al concierto de mi artista
favorito, del que no me había perdido ninguno desde que entre a trabajar,
repitiéndome mas de uno y pagando cifras que me niego a confesar. Ahora no fui
porque no tenía ganas, me daba pereza.
Todo eso es cierto pero de ahí a depresión aun me parecía raro, no andaba llorando por la vida, a veces si en mi casa lloraba algo por verme así.
La doctora iba cambiando los
medicamentos, una semana una, otra semana otro, tratando de dar con el adecuado para mi. La sicóloga pensaba que en
general estaba bien, pero que sque me hago cargo de muchos problemas de otros y
necesito tener todo contralado, lo que no es bueno ya que genera presión., ah y algo de culpa. Pero no entiendo que tiene que ver eso con mi
dificultad para moverme.
Tuve que dejar de manejar por distracciones tontas le di un topón a mi auto nada grave. Pero no me arriesgaría a hacerle daño a alguien.
Otras amigas le echaban la culpa a internet, que pasaba mucho conectada.
En fin decidí irme una semana a
la cordillera, un lugar puro, mágico,
con aguas termales, donde no llega señal de nada, se respira aire fresco, se
siente el viento en la cara, se ve en todo su esplendor la cordillera. Se esta
dentro de la cordillera. Un lugar de paz-
Fue un viaje especial, salvo
que se me olvido llevarme un antidepresivo, uno de todos los que tomaba, así
que me pegue unos buenos lloriqueos, fuera de eso todo bien, estuve en valles
donde antes caminaros dinosaurios, pude caminar bastante. Conocí dos parejas maravillosas
con las que mi amiga y yo compartimos bastante.
Mas la sensación de inutilidad
permanecía, las ganas de morirme, no haría nada para atentar contra mi vida
tengo sobrinos pequeños y no les haría eso, pero si pudiera de forma natural
solo desaparecer y borrar la memoria que existí.
Había perdido el sentido a la
vida, el viaje a la montaña fue hermoso, pero no soluciono nada.
No encontré la fuerza que iba esfumándose
poco a poco de mi
REÍR LLORANDO
Juan de Dios Peza
Viendo
a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una
vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
»Nada
me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».
—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».
—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!
—¿Pobre
seréis quizá?
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
—Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...
—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
—Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...
—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
—Me
deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
—¿A Garrik?
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Jamás dejes de tomar la medicación.
ResponderEliminarJAMÁS!!!
Aunque te encuentres bien, aunque estés contenta, aunque pienses que ya te has curado... jamás debes dejar de tomarla hasta que un médico te lo diga.
Besos.
Gracias amigo, me quedo muy claro los efectos nefastos de suspenderlos asi de golpe.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso
El tratamiento se suspende, cuando ya estés bien, de forma progresiva.
ResponderEliminarDejarlo de golpe tiene efectos terribles.
Besos.
Muchas gracias, no fue intensionado se me quedo y como no lo venden sin receta medica.
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