INDEPENDIENTE – AMIGOS

Me desperté mas frustrada que nunca, siempre he sido el motor, la que anima, ya van un par de meses, la energía sigue baja, concentrarme es todo un logro que me deja mas cansada. He cometido distracciones estúpidas, como no mirar hacia atrás y dar un toque a mi auto, nada grave, pero errores que no cometía.

Es como estar dividida en dos una parte mía quiere hacer muchas cosas y otra no tiene ganas de nada, es como si me fuera congelando, un frio gélido va apoderándose de mi.

El diagnostico de depresión no me termina de convencer, a veces lloro de frustración, se lo comento a mi doctora y me dice que paciencia y que lo que tengo es depresión, que no todas las personas con depresión se sienten tristes, algunas están mas nerviosas, otras se sienten incapaces de demostrar sus emociones (por ahí puedo ir ), otras presentan síntomas físicos (también voy en esa), o un cambio de comportamiento, (ahí creo que no, creo).

Acudo a quien siempre me han apoyado, mis amigos, la familia a veces es mas lo que me agobia que lo que me ayuda, todos coinciden en que no debo tener depresión, no me veo deprimida, debe ser cansancio y la pena natural de un desengaño, pero no dejare a la doctora por si acaso.

Me reúno con dos de mis mejores y alegres amigas Valeria y Marian, siento que con la alegría de ambas seguro que voy a ir mejor,  su alegría q inunda mi corazón, pero cuando quedo sola, sigo sintiéndome rota, como si me hubiera partido en miles de pedacitos, incluso a veces me siento fingiendo una alegría que no siento y que no estoy siendo honesta con mis amigas, no puedo trasnochar, en la tarde las pilas se me agotan, creen que no lo veo, pero noto la mirada de preocupación. Finalmente un día copas de por medio ( después me quedo claro que esa parte esta muy mal ya que estaba tomando medicamento) confieso en medio de llanto que creo tener una enfermedad mortal y lo peor es que no me importa, siento que he cumplido en esta vida, nadie me necesita realmente, me gustaría irme así, despacito.. Como una niebla irme esfumando o como una rosa desojándome de a poco. El ir a la doctora es para en el fondo nadie se sienta culpable.

Al día siguiente llega mi nuevo amigo JM, quien se convertirá en parte fundamental en mi vida, no dice mucho, pero sus ojos me hacen sentir que entiende, a veces “me rescata” donde solo en silencio me trasmite algo de paz y me dice que tenga  paciencia ya que “no pasa nada”.  Un visita breve que deja en paz mi alma. Paseo entre las rosas de Mariana, un lugar mágico que me permite mantener la paz ese día, la paz de no pensar.

Vale organiza un paseo a la montaña, unos días en contacto con la naturaleza, el viaje fue agradable sintiendo el afecto que el caballo me trasmite, cabalgo en silencio.

Despierto muy temprano para ver el amanecer, ¡cuando he disfrutado de los amaneceres en la montaña! Es como si el sol fuera naciendo dentro de mí unas lágrimas empiezan a correr por mi cara ya que ahora casi no siento, lo que antes me daba un inmenso placer ahora casi me deja indiferente. Tengo la fortuna de estar frente a un gran milagro, que quizás mucha gente, nunca ha visto ni vera y a aquí estoy con una congoja estúpida. Rápidamente me seco las lágrimas Vale viene a que tomemos desayuno.

Nos bañamos en  una bella cascada, soy la primera en entrar, de una y rápido entro bajo el agua, así como lo hago todo en la vida, me quedo sin aire, ¡esta heladísima! Por un momento me siento viva, llena de energía, siento el agua perfumada con las hierbas que encontró en su camino, espero que se lleve mis de mis desilusiones, mis dolores, traiciones, angustias, siento como todo se va … un paz. Hasta en mi mente lentamente entran los gritos de Vale, ¡Victoria sale, te va a  dar hipotermia!, como la veo dispuesta a entrar, salgo muy despacio, y una sonrisa aprendida surca mis labios. Nos acostamos a tomar el sol.

¡Quizás eso tengo hipotermia emocional!